Uno de los temas álgidos en torno al debate del Presupuesto General de la Nación, es la discusión sobre las fuentes de financiamiento como garantía del cumplimiento a los compromisos adquiridos por el Gobierno Nacional. Frente a este punto, el presupuesto planteado por el Gobierno para la vigencia 2021, y que a la fecha ha sido aprobado por $313.9 billones, por las comisiones conjuntas terceras y cuartas de Senado y Cámara de Representantes, no ha sido la excepción.
Antes de mencionar los supuestos macroeconómicos y el balance del Presupuesto de Rentas y Recursos de Capital, que el Gobierno tomó en consideración en la estimación del Presupuesto General de la Nación, es necesario señalar el escenario en el que nos encontramos.
Este es sin duda uno de los momentos más complicados por los que ha atravesado la economía colombiana en su historia reciente. Es un escenario de incertidumbre, enmarcado en una contracción de la economía que se estima para este año en -5,5%; proyecciones sobre el incremento de la pobreza al pasar de 30% a 33% de hogares pobres; efectos negativos sobre la estabilidad financiera de las empresas y, como consecuencia, una tasa de desempleo cercana al 20%. Toda una tragedia social y empresarial. En este sentido, es fundamental reconocer los grandes retos que tiene el Gobierno para garantizar un presupuesto que permita una reactivación económica efectiva, a través del impulso de sectores estratégicos en la generación del empleo formal, y protección de las personas más vulnerables y afectadas por los efectos de la pandemia por el Covid-19.
Ahora bien, cabe señalar que el presupuesto que está en discusión en el Congreso se fundamenta en estimaciones confiables y coherentes con la realidad del país. Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, se proyecta una tasa de crecimiento de alrededor de 6,6% para 2021, producto del efecto rebote esperado a través de la reactivación económica, y una meta de déficit fiscal de 5,1% del PIB.
El Presupuesto General de la Nación para la vigencia 2021, tiene como gran foco la reactivación económica. Por ello las prioridades del gasto público están en la generación y defensa de empleo formal y el apoyo a los hogares vulnerables, dado que se busca no sólo mejorar su bienestar sino dinamizar la demanda.
Las Rentas y Recursos de Capital del Presupuesto General de la Nación, tienen dos grandes fuentes de recursos: los ingresos corrientes de la Nación y los recursos de capital, los cuales representan el 89% del financiamiento del Presupuesto. Se estiman en $154.2 billones los ingresos corrientes para 2021, $18.6 billones más que en 2020. Se espera recuperar el volumen de ingresos por impuesto a la renta y por IVA el próximo año, dado que este año, como consecuencia de los alivios tributarios otorgados por la pandemia, los recursos administrados por la DIAN caerán cerca de $23 billones.
En cuanto a los recursos de capital para financiar el Presupuesto 2021, se estiman en $124.4 billones, $16.2 billones más que en 2020, siendo los recursos de crédito la principal fuente de estos. Otras importantes fuentes de financiamiento del Presupuesto serán las utilidades del Banco de la República que se estiman en $5.2 billones, las de Ecopetrol que caen a $638 mil millones y la disposición de activos por $12 billones. Este último genera dudas porque no es claro cuáles son las operaciones que el Gobierno tiene planeadas. Sin embargo, veo dos opciones que tienen autorización legal y pueden ser fuente importante de ingresos. De un lado, la autorización dada al Gobierno Nacional en el Plan Nacional de Desarrollo para vender activos donde su participación sea minoritaria (105 empresas), pero a la fecha muy poco se ha logrado. De otro, el Gobierno puede capitalizar a Ecopetrol por el faltante de 8,5%, dada la autorización de la Ley 1118 de 2006 para capitalizar hasta el 20%, lo cual equivaldría a cerca de $8 billones.
Lo cierto es que el Ministerio de Hacienda y la DIAN tendrán que hacer una buena gestión de manejo de activos, de recaudo tributario y de la deuda. (Lea también: Presupuesto 2021).
No quiero terminar esta columna sin resaltar los logros de las comisiones económicas para aumentar el presupuesto de inversión pública y garantizar que no haya aplazamiento de montos sectoriales del PGN. El reto será ejecutar, ejecutar y ejecutar los recursos de manera eficiente, focalizada y honesta del PGN para la vigencia 2021. Antes del 19 de octubre próximo las Plenarias de Senado y Cámara darán luz verde a este proyecto de ley, clave en la reactivación y recuperación económica de nuestro país en la pospandemia.