Economía resiliente

El DANE puso fin a las especulaciones frente a la cifra de crecimiento económico del país, al anunciar esta semana la muy esperada tasa de crecimiento del producto interno bruto – PIB que fue de 10,6% en 2021. Cifra muy positiva que refleja la respuesta de la economía a las políticas adoptadas por el gobierno nacional, el Banco de la República y la dinámica productiva empresarial y de consumo de los hogares después de un año marcado por el confinamiento, la incertidumbre y los terribles efectos de la pandemia en la vida y el bolsillo de todos los colombianos.

La tasa de crecimiento de la economía superó los pronósticos del Gobierno Nacional de 9,7%, del Banco Mundial de 9,9% y de la CEPAL de 9,5%. Este resultado superó en un 2,8% los niveles de crecimiento prepandemia, además se posiciona como una de las economías con mayor impulso de crecimiento en el último trimestre del año, superando a países miembros de la OCDE como México (2,7%); Alemania (1,4%); Reino Unido (6,5%); España (5,2%), e Italia (6,4%), entre otros.

Vale la pena desglosar algunas decisiones que contribuyeron a ese resultado. En primer lugar, voy al pilar económico planteado dentro de la triada de soluciones propuesta por el gobierno del presidente Iván Duque, enfocado en la reactivación económica y la generación de empleo. Mantener el programa PAEF, que ha significado un apoyo del 40% a las empresas con trabajadores de hasta 2 salarios mínimos, y de 50% si ellos son mujeres. Esto permitió preservar cerca de 4 millones de empleos y beneficiar más de 142 mil empleadores, donde el 64% corresponde a microempresas. Igualmente, el Banco de la República redujo la tasa de interés al 3% anual, y Bancóldex, Banco Agrario y otras entidades financiadoras oficiales tuvieron créditos con tasa compensada para estimular la producción. La cartera de crédito bruta  se incrementó 8,8% en noviembre de 2021 respecto al mismo periodo de 2020, alcanzando $561.1 billones. A ello se sumaron los beneficios tributarios para sectores como turismo y restaurantes que no tuvieron el impoconsumo. Por el lado del gasto, el gobierno le puso plata en los bolsillos de los colombianos más vulnerables con programas como ingreso Solidario que benefició a 3 millones de hogares, Devolución del IVA para 2 millones de hogares y giros extraordinarios para familias en Acción, Jóvenes en Acción y Adultos mayores. Eso significó una inversión cercana a los  $12 billones en 2021. Igualmente, importante fueron los 3 días sin IVA.

Si bien el resultado del crecimiento de la economía nos da señales de recuperación y de reactivación, también deja algunas alertas sobre la dinámica de este proceso. Por ejemplo, de acuerdo con el DANE hay que poner la lupa en la brecha entre el mayor dinamismo productivo y el rezago en la generación de empleo. Lo anterior, teniendo en cuenta que mientras que el PIB del cuarto trimestre del año había superado en 6,9 puntos porcentuales los niveles prepandemia, la proporción de personas ocupadas estaba por debajo de estos niveles en cerca de 4,3 puntos porcentuales. Este resultado es bastante preocupante porque muestra una desaceleración en el ritmo de recuperación de empleos en comparación con el crecimiento de la economía. Creo que se están dando fenómenos como que los empresarios a raíz de la pandemia despidieron trabajadores y luego no los volvieron a vincular a todos, porque aprovecharon a reconvertirse y mejorar eficiencia y, por otro lado, porque la pandemia llevó a emprendimientos familiares informales como válvula de escape.

Ahora bien, es muy preocupante la desaceleración en el crecimiento del sector agropecuario con una contracción de -1,4% durante el mes de diciembre. Preocupa que mientras las actividades secundarias y terciarias ya alcanzaron niveles prepandemia, las actividades primarias, como el agro, muestren una brecha de 5,7 puntos porcentuales respecto a niveles de 2019. A ello se suma el gran efecto negativo que tuvo sobre el sector agropecuario el paro inhumano que por más de 60 días durante mayo, junio y julio de 2021 se presentó en gran parte del país, con bloqueos, vandalismo y desabastecimiento, generando un incremento de más de un punto porcentual en la inflación y un retroceso de todo un trimestre en reactivación económica.

Otro punto en el que quiero hacer énfasis es el pilar de estabilización de las finanzas públicas. El gobierno nacional ha mostrado responsabilidad y compromiso con el objetivo de retornar a un nivel de endeudamiento prudencial y sostenible. Los resultados sobre este frente han sido contundentes, resaltando una reducción mayor a la esperada en los niveles de deuda del Gobierno Nacional Central en comparación a lo establecido en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, pasando de 66,8% a 63,8% del PIB. Por un lado, se inició en 2021 la senda de reducción de la deuda, anticipando en 10 años el ajuste proyectado; y la reducción del déficit fiscal respecto a lo proyectado en el MFMP 2021, pasando de 8,6% a 7,1%, gracias al comportamiento favorable del recaudo tributario, que superó la meta del año en $11.5 billones, para cerrar en $161.5 billones, y un compromiso del gobierno con un menor gasto primario.

Estas son sin duda excelentes noticias para la confianza en el manejo económico del país, y el compromiso del gobierno nacional con las finanzas públicas. El reto es alcanzar las metas previstas en la ley de inversión social donde se establece que el balance neto estructural del GNC no podrá ser inferior en -4,7% del PIB en 2022.

Una vez sean revelados por el DANE los resultados de Pobreza Monetaria para 2021, abordaré en otra de mis columnas el tercer y último pilar de soluciones, y poder así analizar la efectividad de las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Iván Duque para reducir la pobreza y la desigualdad, a través de programas tan exitosos como Ingreso Solidario y el repunte del crecimiento de la economía.