Reafirmando la política ambiental

Los cultivos de coca, la extracción ilícita de madera, siembra de pastos para ganadería en zonas boscosas, los grupos armados ilegales y el uso indiscriminado de leña para actividades de familias y negocios son detonantes de la deforestación en Colombia.

El ritmo de destrucción de nuestros bosques y ecosistemas ha avanzado a pasos agigantados. Si bien el crecimiento de la deforestación se redujo en el último año, aún hay mucho por hacer, en especial en departamentos como Guaviare, Caquetá y Amazonia, donde históricamente los alcances de este crimen ambiental han sido devastadores. Según el Ideam, solo en 2018 la deforestación consumió 197.159 hectáreas de bosque nativo.

El último boletín emitido por el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono, para el periodo comprendido entre julio y septiembre de 2019, indica que Norte de Santander, Putumayo y el sur de Bolívar son núcleos de la criminalidad y mafias que depredan los ecosistemas del país, concentrando en esas zonas el mayor daño ambiental.

Este panorama no ha sido ajeno al presidente Iván Duque; por eso desde que estaba en campaña se fijó un compromiso con la protección y defensa de la naturaleza y sus ecosistemas; y de manera especial con la conservación de los bosques. Su máxima ha sido que hay que producir, conservando y protegiendo los ecosistemas.

Durante su participación en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza, hace una semana, no solo reafirmó su compromiso de luchar contra este crimen ambiental que es la deforestación, sino con la meta de sembrar 180 millones de árboles durante su Gobierno, de los cuales ya han sido plantados 24,7 millones. La maratónica tarea para este 2020 será plantar otros 60 millones, por lo que pidió a todas las entidades ambientales y autoridades locales colaborar con esta iniciativa.

Siguiendo esa línea, el Ministerio de Ambiente anunció la ‘Gran Sembratón’, dos días – 21 y 22 de marzo próximo- en los que se espera lograr la siembra de más de cinco millones de árboles en todo el territorio nacional. Esta será la primera de tres jornadas que se realizarán este año, con el fin de recuperar zonas degradadas por la deforestación y el uso inadecuado de los ecosistemas.

Cabe resaltar que para frenar este ecocidio ambiental, el Plan Nacional de Desarrollo ‘Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad’ también incluyó una serie de acciones urgentes, entre ellas, y de mi autoría, la reforestación con árboles nativos monitoreada con esquemas de georreferenciación, lo que permitirá asegurar no sólo la localización de cada especie sembrada sino la inversión. (Lea también: Sembrar para restaurar nuestros bosques). 

Muy importante fortalecer el otrora programa de Familias Guardabosques, así como involucrar a los jóvenes más en su preservación. También las Corporaciones Regionales deben impulsar proyectos de siembra y mantenimiento de plantaciones agroforestales como la guadua, robles, Ceibas y otros, con comunidades organizadas para que reciban beneficios por pagos ambientales.

Gremios de la producción agropecuaria también están comprometidos con la preservación de los ecosistemas. Algunos de ellos para resaltar: Fedegan, que está trabajando en ganadería sostenible con silvicultura; Fedepalma, que busca que todo crecimiento de siembras se haga en tierras disponibles que no requieren tumbar ni un árbol, y hay en el país más de cinco millones de hectáreas aptas; y Fedecafé, que trabaja en la protección de guadales y sombríos. Pero por supuesto que no faltan los depredadores e ilegales que frente al lucro acaban con todo.

Definitivamente lo más urgente es frenar la siembra de coca y erradicar las 200 mil hectáreas, y recuperar muchas de ellas con un gran proyecto de reforestación. Igual de importante es continuar con el programa del gobierno Duque de proveer gas combustible en zonas rurales para frenar el uso de leña, pero que requiere precios asequibles para que sea sostenible por los hogares. Esto porque un cilindro de gas de 40 libras, que sólo les dura 15 días, le cuesta a una familia alrededor de 60 a 70 mil pesos. Su alto valor genera la tentación de volver a cocinar con leña.

La tarea avanza, pero los retos no se detienen. Es mucho lo que hay  que hacer para proteger nuestros ecosistemas que significan biodiversidad y vida. Un aliado fundamental de esta lucha es la justicia y sus prontos y ejemplarizantes resultados. El ecocidio debe ser tan importante y urgente de investigar y sancionar como otros delitos.

Sembrar árboles es la mejor inversión para la salud, el agua, el aire, la agricultura y, por supuesto, el bolsillo. A sembrar y cuidar el bosque.

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