El papel de la mujer es invaluable. Ser madre, esposa, hija, amiga y trabajadora son solo algunos de los muchos roles que con compromiso y entrega desempeñamos en la sociedad. Pese a que Colombia muestra señales importantes en el cierre de brechas entre mujeres y hombres, aún hay mucho por hacer.
El liderazgo que hemos logrado en los últimos años, gracias a la Ley de Cuota y a la paridad en el gabinete del presidente Duque, ha permitido a nuestro país aumento de la participación femenina en esferas como la política y la economía.
La Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer -ONU Colombia- revela que la participación política de la mujer ha aumentado del 6% al 11% en los cargos de elección popular, y del 7% al 21% en las de Congreso, esto en los últimos 10 años; avances significativos y fundamentales para fortalecer la democracia y la gobernabilidad.
Por su parte, información revelada por el Banco de la República y el Banco Interamericano de Desarrollo indica que las mujeres ganan entre un 10% y 20% menos que los hombres, muchas veces estando igual o mejor preparadas para el cargo. No muy lejos de este preocupante panorama está el que entrega la Federación Colombiana de Gestión Humana – Acrip- quienes aseguran que sólo el 38% de los puestos de primer nivel o de alta gerencia son ocupados por mujeres.
En esta misma línea, la ONU ha revelado que si las mujeres pudieran participar en la economía en igualdad de condiciones, el Producto Interno Bruto -PIB- mundial podría aumentar en 26%, lo que equivale a 12 billones de dólares más para el año 2025.
En este punto quiero resaltar el compromiso del presidente Iván Duque con una mayor equidad en la participación de la mujer en el ejecutivo. Fiel a esa convicción, por primera vez tenemos un gabinete paritario y más del 40% de los viceministerios están en cabeza de mujeres, lo que nos llevó a ocupar el primer lugar del ranking del Foro Económico Mundial. Además, el Gobierno va a crear la Agencia Pública de Empleo para la Mujer y fortalecer el liderazgo de la mujer rural y cabeza de hogar; lo que incentivará el empoderamiento económico femenino, fundamental para romper con los ciclos de pobreza y violencia.
Pero estos no son los únicos objetivos que persigue el Gobierno Nacional para impulsar el papel de la mujer en la sociedad, también le apuesta a tener en los próximos dos años, un millón de mujeres empresarias, reto fijado en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, el cual contiene un capítulo especial diseñado para impulsar el empoderamiento femenino en todas las áreas del mercado laboral y de la vida económica.
No puedo dejar de mencionar la importancia que tienen la formación para el trabajo y la educación universitaria en este proceso de abrir mayores oportunidades femeninas en la vida nacional, ambas fundamentales para aumentar la empleabilidad de la mujer y el acceso a más y mejores oportunidades en el mercado laboral. Uno de los mayores retos es que la mujer se prepare para responder a los rápidos cambios tecnológicos que se enfrentan, y para lo cual ella debe poder participar de la economía digital, del conocimiento, de servicios especializados, de la creatividad. Y por supuesto, balancear su vida laboral con su vida personal y familiar. De ahí que tenemos que valorar nuestro trascendental papel en la economía del cuidado y del hogar, donde somos pilar fundamental para fortalecer la familia y el desarrollo afectivo y social de nuestros hijos.
Termino esta columna deseándole un feliz día a todas las mujeres colombianas. Mi compromiso seguirá siendo trabajar desde el Legislativo para que existan más oportunidades de desarrollo laboral y personal para las mujeres. Igualmente que la inversión pública del gobierno nacional destinada a programas para las mujeres, priorice el desarrollo productivo de la mujer rural y la buena atención en salud, educación y acceso a la justicia para frenar el maltrato, violaciones y afectaciones a la dignidad personal de la mujer.
La mujer es como el brillo del sol en el amanecer: esperanza de amor y trabajo arduo para superar la dificultad.