La crisis desatada por la llegada de la pandemia no solo puso a prueba el talante de los gobernantes, sino el de los ciudadanos para hacerle frente a la crisis y no dejarse amilanar ante la adversidad. En esa línea cobró especial relevancia la palabra emprendimiento. Aventura en la que hoy muchos se embarcan, pero pocos logran alcanzar y mantener en el tiempo.
Colombia no es ajena a ese escenario. Somos un país de gente pujante, trabajadora y proactiva que le gusta crear, generar empleo y ser parte del motor de la economía de nuestro país. Por lo anterior es tan importante el proyecto de ley, autoría del gobierno del presidente Iván Duque, que busca facilitar el Emprendimiento; y que contempla reducción de cargas y trámites para incentivar la creación de unidades productivas; así como un marco regulatorio que estimule la creación de empresa y la sostenibilidad en el tiempo de las mismas.
Adicionalmente, el proyecto de ley está orientado a facilitar el acceso de los emprendedores al mercado de compras públicas, con condiciones que les permitan una participación activa, al tiempo que abre oportunidades para acceder a recursos que ayuden no solo a materializar sus ideas de negocio, sino a incentivar su crecimiento en el mercado. Todo lo anterior es clave para quienes adoptan la decisión de emprender, bien sea de forma colectiva o individual. Es importante destacar iniciativas legislativas como esta porque generan impacto en la economía y desarrollo social, en especial en un momento en que Colombia libra una dura batalla contra los efectos económicos adversos derivados de la pandemia del Covid-19 y los innumerables impactos en salud y bienestar ciudadano que se han dado.
Según The Global Entrepreneurship Index, el cual cuantifica el nivel de percepción y oportunidades del ecosistema de emprendimiento de un país, Colombia se posicionó en el puesto 52 entre 137 países en 2019, con una puntuación de 34,1 que corresponde a una reducción de 4 puntos frente al puntaje obtenido en 2018. Dicha reducción se presentó principalmente en dos de los tres enfoques evaluados: el bajo nivel en las habilidades emprendedoras de la población, relacionadas con la percepción de oportunidades, capital humano e incorporación de nuevas tecnologías; al igual que el bajo nivel de innovación en el proceso de producción y en el producto final.
Así mismo quiero destacar la falta de financiación para estas unidades de negocio, cuya evaluación fue de 2,2 sobre 5, indicando que el emprendedor cuenta con pocas alternativas de acceso a capital de riesgo, créditos bancarios o subsidios para llevar a la realidad su proyecto o idea, frenando el desarrollo productivo del país.
Esta iniciativa legislativa es relevante para que cualquier colombiano que decida emprender no sólo encuentre un favorable entorno para su creación y sostenimiento sino herramientas concretas tributarias, financieras y de mercado que contribuyan a su realización.
En Colombia los emprendimientos son muchos, y sí que lo hemos podido ver en tiempos de pandemia, donde cientos de personas se vieron obligadas a reinventarse para garantizar un flujo mínimo de ingresos para su vida diaria. Pero esto no es nuevo. Ya en 2019, y según el Informe de Dinámica de Creación de Empresas de Confecámaras, entre enero y marzo de ese año se crearon 96.914 unidades productivas, 9,7% más que en el mismo periodo de 2018. A renglón seguido, el informe muestra que la mayor concentración de nuevas empresas está en microempresas (99,6%) y pequeñas empresas (0,3%). Lo triste es que, si bien las nuevas unidades de negocio han venido aumentando considerablemente, la tasa de supervivencia de ellas es considerablemente baja. Según estudio de Confecámaras, al cabo de 5 años de creada una empresa en Colombia solo el 42,5% sobrevive; este porcentaje varía según el tamaño de la firma, afectando en mayor medida a las empresas más pequeñas.
Emprender es permitir materializar sueños y estimular la capacidad de innovar y estructurar negocios. Por eso este proyecto de ley que pasa a la Plenaria del Senado y de la Cámara es tan importante, dado que contribuye a jalonar crecimiento económico, y a que, sin distingo de edad, pero con ganas, se potencie la generación de riqueza, empleo y la reactivación económica.
Colombia no sólo tiene oportunidades y capacidades para emprender proyectos productivos sino emprendimientos sociales. Por ello propuse, y se acogió por las comisiones económicas conjuntas durante el primer debate, que hubiese una línea de trabajo alrededor de los emprendimientos sociales que benefician a zonas rurales y aquellas con elevados índices de pobreza. Igualmente propuse que se disponga de una red de empresarios solidarios, dispuestos a ser tutores de nuevos emprendimientos. Que mejor que aprender de las experiencias de otros.
Dicen que el que quiere subir inventa la escalera; por ello la cultura del emprendimiento, que también promueve el proyecto de ley, contribuye a construir los peldaños para subir y fortalecer el emprendimiento en el país.