El legado de Uribe

Hoy quiero dedicar mi columna semanal al legado del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, un hombre de familia y con profundos valores cristianos que ha enfrentado con gallardía uno a uno los ataques e infamias que detractores de su incansable trabajo por Colombia han lanzado en su contra a lo largo de los años.

Es inteligente, sencillo, honesto y frentero; le canta la tabla al que le toque, no tiene rabo de paja y tampoco tiene que esconderse de ningún colombiano. Un hombre que, aunque con defectos, ha sabido mantenerse firme y con la frente en alto, pese a la intención maquiavélica de algunos de mancillar su buen nombre.

Su amor por Colombia ha sido el motor que impulsó su carrera política, intachable y llena de reconocimientos, y su trasegar lo ha llevado a ostentar cargos como el de gobernador de Antioquia, senador y presidente de la República, este último por un periodo de ocho años.

En este duro camino de la política, Álvaro Uribe ha tenido que sortear duras batallas, enfrentándose a enemigos cobardes que, armados de falacias y montajes, han buscado no solo verlo en la cárcel, sino manchar su honra y la de su familia; todo por mantenerse en la lucha diaria y decidida de lograr una Colombia con seguridad democrática, que enfrente al terrorismo, la delincuencia, la corrupción y la inseguridad.

Trabajé en sus dos campañas a la Presidencia, fui directora de Colciencias y ministra de Comunicaciones, hoy Ministerio de Tecnología de la Información y las Comunicaciones, durante su gobierno. Desde enero de 2011 lo he acompañado a recorrer el país, escuchar a los ciudadanos y proponer soluciones a muchas de las preocupaciones de los colombianos. Desde 2014 estamos en el Senado de la República defendiendo nuestros valores democráticos, las instituciones, la creación de empleo digno y mejores condiciones de vida para toda la población.

Bajo su liderazgo se logró desde el ministerio, dar cobertura de servicio de telefonía celular a los principales corredores viales del país, una herramienta fundamental para la seguridad. Igualmente, garantizar el acceso a computadores y conexión a internet para más de 20.000 instituciones educativas oficiales, así como para bibliotecas, alcaldías, juzgados, hospitales y centros de salud.

En esa línea, 90 hospitales quedaron adaptados para prestar el servicio de telemedicina. Así mismo y después de 10 años, se entregaron cerca de 250 emisoras comunitarias y comerciales en procesos licitatorios objetivos y transparentes. Se reestructuró el ministerio y se liquidaron empresas como Telecom, Adpostal, Inravisión y Audiovisuales, y se crearon Colombia Telecomunicaciones, RTVC y 4-72. Igualmente se duplicó la asignación de espectro radioeléctrico para la masificación de Internet y el servicio de comunicaciones móviles. Se modernizó el marco normativo con la Ley 1341 de 2009, Ley TIC y la Ley 1369 del mismo año para los temas postales. Estos son solo algunos de los muchos logros que vienen en este momento a mi memoria.

Los tres huevitos: seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social, quedaron grabados en la mente y el corazón de muchos colombianos como sus pilares de gobierno. Hoy ampliado a cinco, sumando el diálogo ciudadano y el estado austero.

Uribe es el fundador de nuestro partido Centro Democrático y líder de nuestra bancada en el Congreso. Seguiremos defendiendo su legado como un gran aporte a la Patria, a sus instituciones, al desarrollo socio económico del país. Trabajar, trabajar y trabajar es su mejor ejemplo, siendo fuerte para debatir las ideas y suave para tratar a las personas.

Siempre con mano firme y corazón grande.

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