Esta semana prendió motores el referendo que busca defender el derecho a la vida del más indefenso, el no nacido, proteger la dignidad de la mujer y defender el bienestar y la integridad de nuestros niños. Con la inscripción del Comité Promotor ante la Registraduría Nacional inició el proceso para frenar las decisiones de la Corte Constitucional en contra de los bebés en gestación en el vientre de la madre; como la de despenalizar el aborto hasta las 24 semanas, tiempo en el que el feto ya está conformado y puede sobrevivir fuera del útero. Pero, además, parece olvidar dicho tribunal que para ese momento el ser en gestación ya siente, late su corazón e incluso es capaz de expresar dolor. Ese fallo, a todas luces inadmisible, le quita todo valor a la vida del ser humano y nos lleva como Nación a vivir en una cultura de muerte.
Urge ponerle coto a la persistente extralimitación de los magistrados de la Corte Constitucional en asuntos que no son de su competencia ni alcance. No podemos seguir inermes ante un tribunal que alaba la muerte y es renuente a proteger y defender lo consagrado en nuestra Carta Magna, el derecho más sagrado, el de la vida. (Lea también: La barbarie de la Corte)
La bancada Provida del Congreso, líderes católicos y cristianos, académicos y sociedad civil seguiremos adelante con el Referendo Provida, mecanismo por el que consultaremos al pueblo colombiano para que, como Constituyente Primario, sea el que decida si ese valor fundamental de la vida merece y debe ser transgredido con la despenalización del aborto o, por el contrario, se garantiza y protege desde la concepción.
En específico, el referendo buscará modificar la Constitución en tres de sus puntos: incluir la protección constitucional de los colombianos que están por nacer (artículo 5), defensa de la vida desde la concepción (artículo 11) y garantía de objeción de conciencia para todas las personas, independientemente de que trabajen en el sector público o privado (artículo 18). (Lea también: Corte, aborto no).
Con la inscripción del Comité, la Registraduría tendrá ocho días calendario para revisar y definir si el referendo cumple con los requisitos y, en caso de ser avalado, iniciará el periodo de seis meses para recolectar firmas. Finalizado este tiempo y de lograr las más de 1.9 millones de firmas requeridas para convocar un referendo, la propuesta tendrá que pasar por el Congreso de la República y luego por la Corte Constitucional para conseguir su aval al contenido antes de llegar a las urnas. Por ello nuestra meta es recoger más de cinco millones de firmas y que el mensaje para la Corte sea contundente, y es que Colombia defiende la vida desde la concepción.
Será una gran cruzada nacional en la que saldremos a las calles a conseguir las firmas para lograr el objetivo: no más aborto legal, no más muerte al más indefenso, no más vientres maternos convertidos en tumbas. Tenemos que, al tiempo, apoyar a las mujeres gestantes y abrir más y mejores oportunidades para las madres que quieran dar a sus hijos en adopción y para las familias que quieren adoptar. El mensaje de los colombianos será contundente: sí a la vida, no al aborto.
Ahora bien, no puedo terminar esta columna sin antes rechazar enérgicamente la también decisión de la Corte Constitucional de dar vía libre al suicidio médico asistido, que no es otra cosa que asesinar al enfermo con orientación médica. No se entiende cómo hemos llegado al punto de promover una cultura de muerte respaldados en el supuesto derecho a “morir dignamente” que no existe en la Constitución, sino que ha sido creado por la Corte, nuevamente extralimitándose en sus competencias. Cabe decir que tampoco existe en convenio o tratado internacional alguno, ni en el 95% de los países. Qué horror tener unos magistrados que no solo promueven el asesinato de seres inocentes que no tienen voz para defenderse desde el vientre de su madre, sino ahora también de personas que padecen enfermedades de alta complejidad o dolorosas.
Y para no olvidar a quienes se ven obligados a practicar abortos, eutanasia y ahora suicidio asistido médicamente, quiero citar este mensaje de Twitter con el que me encontré esta semana y que cabe como anillo al dedo en este momento: “aborto, eutanasia y suicidio asistido. ¿Alguien piensa en los médicos?, nadie. Se asume que somos máquinas que prenden y apagan vidas sin sentir, pensar y sin sobrellevar el peso que significa una decisión de tal magnitud. Más fácil ser un togado, que vestir una bata blanca”, escribió el doctor Fernando Suárez Obando, director del Instituto de Genética Humana.
Seguiremos defendiendo la vida desde la concepción porque el “progreso o ser progresista” no se mide ni significa asesinar personas.